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domingo, 27 de septiembre de 2015

La incontrolable destrucción de la Ciénaga Grande

(Fuente, Diario EL HERALDO B/quilla)


Bosque de manglar destruido en la zona de influencia de Remolino, Magdalena.

Por: José Granados Fernández y Germán Corcho Tróchez

Parques Nacionales Naturales llama la atención sobre la pérdida de hectáreas de ciénagas y lagunas, mientras crece la destrucción de la cobertura vegetal.

Si lo que denunció EL HERALDO hace seis meses era grave por los “daños irreversibles” que sufriría el Santuario de Flora y Fauna Ciénaga Grande de Santa Marta debido a la construcción de 27 kilómetros de diques en la finca Mendegua, jurisdicción de Santa Rita, Magdalena, lo que ahora se conoce sobre las afectaciones de este ecosistema es mucho peor.

En 10 años, entre 2002 y 2012, esa reserva de la biosfera mundial, por decisión de la Unesco, y humedal Ramsar, ha visto reducida, de manera drástica, las hectáreas de lagos, lagunas y ciénagas, al pasar de 3.109 hectáreas a 739; ha disminuido el área de pantanos costeros, de 745 a 534 hectáreas; han aumentado los cultivos de palma de aceite, de 858 a 2.347 hectáreas y, como si fuera poco, la destrucción de la cobertura vegetal (lo que técnicamente se conoce como tierras desnudas y degradadas) pasó de 67 hectáreas a 12.567.

La tendencia a un “cambio drástico”, como lo califica Luz Elvira Angarita, directora territorial Caribe de Parques Nacionales Naturales, fue identificada en un área de 5 kilómetros cuadrados sobre la cual esta institución, con base en imágenes satelitales de 2002, 2009 y 2012, hizo un análisis espacio-temporal  de la cobertura terrestre.


Lo encontrado

El nuevo documento sobre lo que está sucediendo fue entregado a 33 funcionarios –ministeriales, procuradores, fiscales, defensores del pueblo, gobernantes magdalenenses y académicos, entre otros– que integran el Comité Interinstitucional de la Ciénaga Grande.

El análisis estableció que en la ecorregión se “están presentando cambios y transformaciones del sistema natural”, por el crecimiento de las tierras degradadas, pastizales y monocultivos, y advierte que “la presión evidente” que existe sobre el territorio ha generado “cambios de tamaño y forma”.

En otras palabras, día tras día la mano del hombre, desde las comunidades pobres que viven en los 14 municipios en la jurisdicción de la Ciénaga Grande hasta los terratenientes que cultivan palma de aceite y arroz, ha generado “transformaciones en la estructura y función de la fauna y la flora” del área estudiada a raíz de la “pérdida de algunos sistemas que son estratégicos” para la conectividad hídrica y funcional de especies que “viven o se desarrollan y dependen de los sistemas estuarianos y lagunares”.

Garantizar agua dulce

Parques Nacionales advierte que a estos hallazgos hay que sumar lo que han encontrado otros estudios, como el de Monitoreo de la Ciénaga Grande realizado por Invemar en 2014.

Este instituto detectó que el año pasado se registró un “incremento importante” de la salinidad intersticial en suelos del manglar, por la baja precipitación registrada en los últimos años y al “escaso mantenimiento de algunos sectores de los caños”. Esta labor la realiza Corpamag.

Recuerda que Invemar señaló que de no atenderse su recomendación de reabrir y hacer mantenimiento a los caños que comunican el complejo lagunar de la Ciénaga con el río Magdalena, es probable que “se mantenga” la tendencia del incremento en la salinidad, lo que “ocasionaría estrés fisiológico en las plantas, deterioro fitosanitario y muerte del arbolado”.

También Parques Nacionales reseña que Invemar manifestó que es necesario revisar la disposición final de los sedimentos removidos de los caños porque se corre el riesgo de que sean devueltos a esos cuerpos de agua y arrastrados nuevamente al sistema lagunar.

Esa forma de depositar los sedimentos significa además perdida de dinero y esfuerzo porque tendrían que volver a dragar en poco tiempo.

Al respecto, Alfredo Martínez, director (e) de Corpamag, defendió la tarea que realizan y dijo que sería importante que otras instituciones también draguen.

“En los años 90 el pronostico era que si no hacíamos nada, en 2012 no habría una hectárea de mangle. Pues ahí están, a pesar de que hay que hacer más”, manifestó Martínez

Tras calificar como “preocupante” el informe de Parques Nacionales, dijo que, sin demeritarlo, debe evaluarse si el periodo en el que lo hicieron fue el mismo en los tres años analizados.

Martínez considera que a Corpamag la cuestionan porque “no hemos sabido informar lo que hacemos”. Por ejemplo, indicó que el año pasado adjudicaron un contrato por $80.625 millones para la limpieza de caños, pero se desconoce que será un trabajo de 15 años.

“Es decir, la inversión sería de unos $6.000 millones por año, lo que es poco para atender todo el sistema de caños”, sostuvo el director (e).

La firma ganadora de la licitación, adjudicada el 26 de diciembre de 2014, fue Servicios de Dragados y Construcciones, único proponente.



¿Qué ha pasado?

EL HERALDO conoció que luego de las denuncias por las obras en la finca Mendegua, propiedad de Agropecuaria RHC y por las cuales Rafael Hoyos Cañavera aceptó cargos, la Fiscalía recibió denuncia de la comunidad de Santa Rita, y otras localidades del complejo lagunar, sobre millonarios dragados de otros años –como el del caño Condazo– que al parecer no hicieron.

Tras las indagaciones surgieron presiones de políticos del Magdalena que no quieren que ahonden en las obras contratadas.

Ante los nuevos hallazgos, Parques  Nacionales hizo un “llamado de atención con carácter urgente” al Comité Interinstitucional de la Ciénaga porque la “vulnerabilidad” de las áreas protegidas “se ve potenciada” por la mano del hombre y la falta de planeación, en un entorno donde los problemas ambientales “están poniendo en peligro” el Santuario de Fauna y Flora.

“Eso estaría peor”

Ante las críticas y señalamientos, Corpamag defiende su gestión y dice que es la única institución que hace mantenimiento y limpieza de caños. “El trabajo que venimos haciendo, hace alrededor de 15 años, ha permitido que la Ciénaga no esté en peores condiciones”, afirma el director (e) Alfredo Martínez. Sostiene que “la poquita agua” que logran meter por los caños ha permitido recuperar el bosque de mangles, como lo reconoce el Invemar, al pasar de 21.000 hectáreas, a comienzos de los años 90, a 36.000. Sobre denuncias de habitantes de Santa Rita (foto) que dicen que el caño Condazo no ha sido dragado pese a un millonario contrato, responde que “los trabajos sí se hicieron” y sostiene que en muchos casos contratan “obras en puntos críticos” y no en toda la extensión de estos cuerpos de agua porque “la plata no alcanza” para un dragado general.














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