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lunes, 31 de agosto de 2015

Venezuela: Cartageneros sufren en el país hermano

(Fuente, Diario EL UNIVERSAL Cartagena)

Cartageneros sufren por crisis en Venezuela
Las filas para entrar a los supermercados se hacen interminables donde la mayoría de familias no encuentran los alimentos. // Cortesía.

Lo que comenzó como un idilio para muchos colombianos, que decidieron dejar atrás su patria para instalarse en Venezuela, con tal de tener un mejor futuro, hoy en día es un verdadero calvario.

Ese sueño de superarse en un país que en su momento brindó mejores oportunidades laborales y económicas para muchos colombianos, se volvió una pesadilla para esos mismos, que hoy piensan en retornar al país del sagrado corazón, porque la situación política y económica de Venezuela se ha vuelto prácticamente invivible.

La idea no es determinar si la coyuntura que viven en Venezuela la comenzó Hugo Chávez, o si el presidente Maduro la continúa, la idea es sentir el sufrimiento de Ana Torrente, una cartagenera que está desesperada porque el país que la acogió desde hace 20 años, está “reventado”, como ella misma lo dice, ya que ni en los supermercados se encuentra comida.

“Era mejor”

Ana llegó a Venezuela cuando solo tenía 17 años porque a su padre le salió un trabajo. “A mi papá le hicieron una oferta laboral y para ese entonces Venezuela estaba en un excelente momento económico”,  le dijo a Q'hubo. Viajó toda la familia, Ana, sus padres y sus dos hermanos.

Para ese entonces Ana estaba en quinto año de bachillerato y tenía ganas de enfrentar la vida de la mejor manera y más en un país que demostraba ser próspero. Ella terminó el colegio y luego estudió informática, y aún recuerdas el paraíso que era lo que hoy es un camino de espinas.

“Esto era un paraíso hasta para los mismos venezolanos, había pobreza como en todos lados, pero habían oportunidades de trabajo, además había beneficios en las empresas”, explica Ana, quien se enamoró de un venezolano, con quien tuvo dos hijos, una razón más para sentir dolor por un país que siente como suyo, pero que se lo están arrebatando los venezolanos a los venezolanos y donde la cabida para los colombianos se vuelve cada vez más reducida.

Cambio de historia

Según Ana, desde la llegada de Chávez al poder todo cambió, hasta los libros de la historia venezolana.

“En los libros colocan a Chávez como un prócer, le cambiaron la cara a la imagen de Simón Bolívar ”, comenta llena de tristeza al ver como en tan poco tiempo se ha derrumbado el castillo de ladrillos construido con su familia por 15 años, viendo como cada bloque se transforma en una carta dejando ese gran construcción en un castillo de naipes que se ha venido abajo.

Cada vez hay menos

Harold, esposo de Ana, trabajaba en una empresa de venta de pollos, pero fue despedido, la razón, reducción de personal, pero según Harold no había mercancía para vender, ya que no hay producción por falta de plata para trabajar.

Pero el problema de Harold y su familia es solo un espejo de lo que viven miles de familias tanto venezolanas como colombianas, que van a los supermercados y no encuentran alimentos.

“No tenemos una alimentación como debe ser, hay escasez de alimentos de la canasta familiar y las pocas veces que se consiguen son muy costosos, tanto así que han subido hasta en un 1.000 por ciento y ni hablar de los colegios, que subieron en un 500 por ciento”, dice preocupada.

Los estantes de los supermercados, donde debe haber comida, hay porta comidas, canastos de basura y muchos son llenados solo con galletas, paradójicamente esos portas si se compran no hay con qué llenarlos.

Pensando en regresar

Con dolor, tristeza y cierto sentimiento de impotencia, Ana contempla la posibilidad de regresar a la Colombia que dejó en busca de mejor futuro, con el fin de empezar de nuevo al lado de su familia. No será fácil, pero cualquiera que sea la situación en su regreso, nada se compara con lo que están viviendo en Venezuela, donde tienen que hacer interminables filas para entrar a un supermercado y buscar productos que no hay. EN muchos casos personas hacen las filas, compran algún producto y lo revenden de manera ilegal a precios exorbitantes.

Petición especial

Ana y su esposo, invitan a gritos a los venezolanos que viven en Colombia a que en las próximas elecciones parlamentarias del 6 de diciembre.
“Deben venir a votar para no dejar montar a los políticos corruptos en el poder. Venezuela no puede seguir así” agrega.

























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