(Fuente, Diario EL TIEMPO)
Foto: AFP
Bernie Aronson, enviado de EE. UU. al proceso de paz.
El enviado especial de EE. UU. les ratificó a Farc la posición de su país frente a extradiciones.
Un rol instrumental en
los acuerdos alcanzados ayer con las Farc es el que habría jugado el
enviado especial de EE. UU., Bernie Aronson.
Fuentes consultadas por este diario sostienen
que el diplomático estuvo muy activo en estos últimos días y que habría
estado en La Habana ultimando los detalles, pese a que estaba de regreso
a Washington para el momento del anuncio de ayer.
La administración de Barack Obama, de hecho, estuvo muy encima de las negociaciones. Tanto que, durante la semana, el embajador Juan Carlos Pinzón y el vicepresidente de EE. UU., Joe Biden, estuvieron reunidos para discutir los términos del acuerdo.
Desde que fue nombrado enviado especial, el
pasado 20 de febrero, Aronson se lo ha pasado entre Bogotá, La Habana y
Washington construyendo consensos en torno a las negociaciones. Se sabe,
por ejemplo, que se ha reunido en dos ocasiones con el expresidente
Álvaro Uribe para tratar de ‘ablandar’ su férrea oposición al proceso.
Así mismo, han sido múltiples sus visitas al
Congreso de EE. UU., donde ha procurado mantener el apoyo bipartidista
hacia Colombia y, particularmente, frente a las negociaciones.
En estos últimos meses, en el legislativo de
EE. UU. han surgido voces que cuestionan el proceso desde ángulos
opuestos. republicanos a los que les preocupa que el Gobierno abandone
la lucha contra las drogas, cancele la extradición de guerrilleros con
deudas ante la justicia de EE. UU. y que se les dé vocería política a un
grupo que consideran terroristas, y demócratas incómodos ante la
posibilidad de que no se haga énfasis en la verdad y la reparación.
Aronson ha tratado de calmar los ánimos, subrayando que la paz de Colombia es clave para EE. UU. y para la región.
Pero quizá el rol más delicado es el que ha jugado frente a las Farc, a la hora de explicar a este grupo cuál es la posición de su gobierno frente al tema de las extradiciones. Como se sabe, la gran mayoría de los líderes de esta organización son requeridos por la justicia de EE. UU. para que respondan por delitos de narcotráfico y secuestro, un tema que desvela a la guerrilla, pues saben lo que sucedió con los jefes paramilitares que se desmovilizaron en el 2008.
Pero quizá el rol más delicado es el que ha jugado frente a las Farc, a la hora de explicar a este grupo cuál es la posición de su gobierno frente al tema de las extradiciones. Como se sabe, la gran mayoría de los líderes de esta organización son requeridos por la justicia de EE. UU. para que respondan por delitos de narcotráfico y secuestro, un tema que desvela a la guerrilla, pues saben lo que sucedió con los jefes paramilitares que se desmovilizaron en el 2008.
El planteamiento inicial era que si bien
Washington no podía anular los procesos que existen contra ellos –pues
se trata de un ámbito de la rama judicial, que es independiente– la
administración tampoco insistiría en las extradiciones ni afectaría las
relaciones con Colombia si en el acuerdo queda establecido que no serán
enviados a EE. UU.
Para las Farc se trata de algo poco satisfactorio pues un nuevo presidente de EE. UU. podría cambiar de tono en el futuro.
Pero desde hace algunos meses se viene trabajando en otras fórmulas que ofrecerían más garantías jurídicas a las Farc.
Estos temas se han canalizado a través de Aronson que incluso visitó Venezuela para hablar del tema con Nicolás Maduro.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TEMPO
Washington
Corresponsal de EL TEMPO
Washington
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