(Fuente, Diario EL HERALDO B/quilla)
De las 12.000 hectáreas que conforman el Parque Nacional Tayrona, 3.000 son marinas
Por: Agustín Iguarán González
El
cierre de un mes sirvió para “limpiarlo física y espiritualmente” y
para afianzar la relación entre Estado e indígenas de la Sierra,
coinciden expertos.
Ambientalistas, ecologistas y voceros de otros sectores de la ciudad coinciden en que el cierre del Parque Tayrona
(del 1 al 30 de noviembre) no solo sirvió para “limpiarlo física y
espiritualmente”, sino que también afianzó la relación entre el Estado
Colombiano y los pueblos indígenas de la Sierra Nevada.
Aunque la medida produce desmedro económico en las agencias de viajes y en una parte del comercio informal, en términos generales, el concepto es que “era necesaria”.
La Resolución 0432 del 28 de octubre prohibió por un mes el ingreso de visitantes al área protegida, al igual que la prestación de servicios ecoturísticos.
A los indígenas les quedó claro que el sueño de que el emblemático lugar se cerrara por siempre no sería posible, entonces, tras resignar su voluntad, manifestaron su deseo de que se respete lo sagrado.
La ecologista e investigadora Sandra Villardy dijo que cerrarlo definitivamente “no favorece el dialogo y análisis profundo que requiere para su conservación y apropiación de su gran valor por parte de todos los colombianos”.
“Respeto mucho la posición y conocimiento ancestral indígena, y estoy segura de que esa sabiduría es necesaria para buscar caminos que nos permitan seguir contemplando su belleza y singularidad”, enfatizó.
Para ella, el Tayrona necesita un dialogo más activo y sincero entre los diferentes actores que dependen de él (propietarios, indígenas, Parques Nacionales, Distrito, la academia).
El ambientalista y asesor de las comunidades aborígenes de la Sierra Nevada, Alejandro Arias Cañón dijo que a raíz del cierre, hoy Parques e indígenas son un “solo cuerpo armonioso” por el que circula el mejor de los ánimos y cuyo propósito es el “respeto de las ancestralidades”.
Resultados
Lo que para la Unidad de Parques Nacionales queda en evidencia es que haber cerrado el Tayrona fue haber demostrado gobernabilidad sobre un área protegida, que por sus características es compleja.
“Pudimos impedir el ingreso de personas por todas las entradas habilitadas por tierra y las que existen por vía marítima; luego ello quiere decir que el Estado sí puede manejar un área protegida”, comentó Luz Elvira Angarita, directora territorial de la Unidad de Parques Nacionales.
Manifestó que las campañas de desprestigio que se dieron en 2011 cuando se habló de la construcción de un hotel 5 estrellas (el controvertido Six Senses) quedan, cada día que pasa, sin piso pues el tiempo ha permitido demostrar lo contrario.
“Es claro que el Tayrona está conservado y no destruido como informaron para perjudicar la naturaleza del territorio y sacar provecho de la mala imagen”, precisó.
Destacó que la coordinación con Guardacostas, Policía Nacional y Batallón de Alta Montaña del Ejército ha sido clave para el éxito del proceso de cierre.
“Si actuamos de manera coordinada como Estado lograremos cosas maravillosas”, comentó Angarita.
Otro resultado de este cierre es que sirvió para que el turismo no viera el Parque como un solo destino de la ciudad, sino que mirara hacia otras playas y sitios naturales de su entorno.
La opinión recogida por EL HERALDO es que el Tayrona “no es un resort”, sino un parque natural que “guarda biodiversidad”, por tanto debe ser “cuidado celosamente”.

Conciencia
Hasta hace poco el Tayrona era objeto de acciones impropias para un lugar de tal característica. Su ecosistema se veía afectado por la poca o casi nula educación ambiental para disfrutarlo por la mayoría de quienes lo visitan.
Sin embargo, desde hace cinco años, cuando se implementó el primer plan de choque, la gente empezó a adquirir conciencia y ha logrado vivir en armonía con la naturaleza. “Hoy tienen mayor compromiso con el agua, con las basuras y mayor respeto por las normas que marcan la conducta ambiental”, aseguró John Restrepo, director del Parque.
Las fogatas, el mal uso del agua, el vertimiento de desechos y materiales no autorizados al territorio, son “cosas del pasado”, añade.
De acuerdo con las estadísticas, el volumen de residuos sólidos dispuestos en el relleno sanitario de Palangana, por parte de la Concesión Tayrona entre 2011 y 2014, fue de 548 toneladas, con un marcado crecimiento anual. El año pasado el total de basuras recaudada en el territorio fue de 194 toneladas.
Para Restrepo uno de los aspectos clave para este cambio de actitud ha sido la regulación de la capacidad de carga. Solo es permitido el ingreso por día de 6.900 personas.
“En la medida en que respetemos el número de visitantes que ingresan se conservará el ecosistema”, anotó el jefe del parque.
Concesión y futuro
Angarita aclaró que ninguna área está concesionada y que lo que está en manos de privados es la prestación de los servicios ecoturísticos, como restaurante, alojamiento (ecohabs) y otros.
Dijo que lo anterior es solo en el 7% de las 15.000 hectáreas que conforman el Tayrona (12.000 terrestres y 3.000 marinas).
Aviatur, en calidad de socio de la Unión Temporal Tayrona, es la empresa encargada de ofrecer estos servicios. La concesión se firmó en octubre de 2005, a un término de 10 años, lo que quiere decir que hace un mes cesó. Sin embargo, el gobierno la extendió mientras realiza la consulta previa indígena y abre el proceso contractual de la APP que, próximamente, entrará a manejar estos servicios tras una licitación.
Para fortalecer el proceso de conservación y estar a tono con el pensamiento indígena, el área para la explotación de los servicios ecoturístico con la APP se reducirá del 7 al 2%.
Es de anotar que cuando se firmó en 2005 el contrato con la Unión Temporal Tayrona no hubo consulta previa porque en esa oportunidad el Ministerio del Interior conceptuó que en el Parque Tayrona “no había indígenas”.
Actualmente, los ingresos que se recaudan por entradas, parqueadero, alojamiento, alimentación, ecotienda y otros son repartidos entre la concesión y el Gobierno Nacional. Un 16%, aproximadamente, es depositado en el Fondo Nacional Ambiental, Fonam, que a su vez lo distribuye entre todos los parques naturales del país. Aproximadamente $1.600 millones ingresaron provenientes del Parque Tayrona.
Fauna y flora diversa

El Parque Tayrona contiene el 12% del bosque seco de Colombia; la vegetación marina más rica de todo el Caribe colombiano (487 especies de algas), la mayor diversidad de esponjas y de unidad de área de moluscos del Caribe y posee 1086 especies de plantas terrestres. Contiene 71 especies de mamíferos, 42 de reptiles (4 tortugas marinas), 15 de anfibios; 308 de esponjas marinas, 108 de corales y anémonas, 96 de anélidos, 417 de crustáceos, 1176 de moluscos y 374 de peces. Entre las especies que se pueden encontrar en cada uno de las comunidades vegetales están el trupillo, brasil, dividivi, guamacho, candelabro, tuna, carreto, carito u orejero y majaguia del bosque seco. En el bosque húmero hay palma de vino, iraca, caracolí, guáimaro, bonga y el higuerón. Entre los mamíferos registrados en el área terrestre están el zorro mochilero, el mono aullador, el mono cariblanco, el mico de noche, ardillas, tigrillos, zainos, venados y 40 especies de murciélagos. Entre las aves se encuentra el cóndor (como visitante ocasional), el águila solitaria, el águila blanca, el paujil, la pava, la guacharaca y el atrapamoscas real, entre otras.
Aunque la medida produce desmedro económico en las agencias de viajes y en una parte del comercio informal, en términos generales, el concepto es que “era necesaria”.
La Resolución 0432 del 28 de octubre prohibió por un mes el ingreso de visitantes al área protegida, al igual que la prestación de servicios ecoturísticos.
A los indígenas les quedó claro que el sueño de que el emblemático lugar se cerrara por siempre no sería posible, entonces, tras resignar su voluntad, manifestaron su deseo de que se respete lo sagrado.
La ecologista e investigadora Sandra Villardy dijo que cerrarlo definitivamente “no favorece el dialogo y análisis profundo que requiere para su conservación y apropiación de su gran valor por parte de todos los colombianos”.
“Respeto mucho la posición y conocimiento ancestral indígena, y estoy segura de que esa sabiduría es necesaria para buscar caminos que nos permitan seguir contemplando su belleza y singularidad”, enfatizó.
Para ella, el Tayrona necesita un dialogo más activo y sincero entre los diferentes actores que dependen de él (propietarios, indígenas, Parques Nacionales, Distrito, la academia).
El ambientalista y asesor de las comunidades aborígenes de la Sierra Nevada, Alejandro Arias Cañón dijo que a raíz del cierre, hoy Parques e indígenas son un “solo cuerpo armonioso” por el que circula el mejor de los ánimos y cuyo propósito es el “respeto de las ancestralidades”.
Resultados
Lo que para la Unidad de Parques Nacionales queda en evidencia es que haber cerrado el Tayrona fue haber demostrado gobernabilidad sobre un área protegida, que por sus características es compleja.
“Pudimos impedir el ingreso de personas por todas las entradas habilitadas por tierra y las que existen por vía marítima; luego ello quiere decir que el Estado sí puede manejar un área protegida”, comentó Luz Elvira Angarita, directora territorial de la Unidad de Parques Nacionales.
Manifestó que las campañas de desprestigio que se dieron en 2011 cuando se habló de la construcción de un hotel 5 estrellas (el controvertido Six Senses) quedan, cada día que pasa, sin piso pues el tiempo ha permitido demostrar lo contrario.
“Es claro que el Tayrona está conservado y no destruido como informaron para perjudicar la naturaleza del territorio y sacar provecho de la mala imagen”, precisó.
Destacó que la coordinación con Guardacostas, Policía Nacional y Batallón de Alta Montaña del Ejército ha sido clave para el éxito del proceso de cierre.
“Si actuamos de manera coordinada como Estado lograremos cosas maravillosas”, comentó Angarita.
Otro resultado de este cierre es que sirvió para que el turismo no viera el Parque como un solo destino de la ciudad, sino que mirara hacia otras playas y sitios naturales de su entorno.
La opinión recogida por EL HERALDO es que el Tayrona “no es un resort”, sino un parque natural que “guarda biodiversidad”, por tanto debe ser “cuidado celosamente”.

Conciencia
Hasta hace poco el Tayrona era objeto de acciones impropias para un lugar de tal característica. Su ecosistema se veía afectado por la poca o casi nula educación ambiental para disfrutarlo por la mayoría de quienes lo visitan.
Sin embargo, desde hace cinco años, cuando se implementó el primer plan de choque, la gente empezó a adquirir conciencia y ha logrado vivir en armonía con la naturaleza. “Hoy tienen mayor compromiso con el agua, con las basuras y mayor respeto por las normas que marcan la conducta ambiental”, aseguró John Restrepo, director del Parque.
Las fogatas, el mal uso del agua, el vertimiento de desechos y materiales no autorizados al territorio, son “cosas del pasado”, añade.
De acuerdo con las estadísticas, el volumen de residuos sólidos dispuestos en el relleno sanitario de Palangana, por parte de la Concesión Tayrona entre 2011 y 2014, fue de 548 toneladas, con un marcado crecimiento anual. El año pasado el total de basuras recaudada en el territorio fue de 194 toneladas.
Para Restrepo uno de los aspectos clave para este cambio de actitud ha sido la regulación de la capacidad de carga. Solo es permitido el ingreso por día de 6.900 personas.
“En la medida en que respetemos el número de visitantes que ingresan se conservará el ecosistema”, anotó el jefe del parque.
Concesión y futuro
Angarita aclaró que ninguna área está concesionada y que lo que está en manos de privados es la prestación de los servicios ecoturísticos, como restaurante, alojamiento (ecohabs) y otros.
Dijo que lo anterior es solo en el 7% de las 15.000 hectáreas que conforman el Tayrona (12.000 terrestres y 3.000 marinas).
Aviatur, en calidad de socio de la Unión Temporal Tayrona, es la empresa encargada de ofrecer estos servicios. La concesión se firmó en octubre de 2005, a un término de 10 años, lo que quiere decir que hace un mes cesó. Sin embargo, el gobierno la extendió mientras realiza la consulta previa indígena y abre el proceso contractual de la APP que, próximamente, entrará a manejar estos servicios tras una licitación.
Para fortalecer el proceso de conservación y estar a tono con el pensamiento indígena, el área para la explotación de los servicios ecoturístico con la APP se reducirá del 7 al 2%.
Es de anotar que cuando se firmó en 2005 el contrato con la Unión Temporal Tayrona no hubo consulta previa porque en esa oportunidad el Ministerio del Interior conceptuó que en el Parque Tayrona “no había indígenas”.
Actualmente, los ingresos que se recaudan por entradas, parqueadero, alojamiento, alimentación, ecotienda y otros son repartidos entre la concesión y el Gobierno Nacional. Un 16%, aproximadamente, es depositado en el Fondo Nacional Ambiental, Fonam, que a su vez lo distribuye entre todos los parques naturales del país. Aproximadamente $1.600 millones ingresaron provenientes del Parque Tayrona.
Fauna y flora diversa

El Parque Tayrona contiene el 12% del bosque seco de Colombia; la vegetación marina más rica de todo el Caribe colombiano (487 especies de algas), la mayor diversidad de esponjas y de unidad de área de moluscos del Caribe y posee 1086 especies de plantas terrestres. Contiene 71 especies de mamíferos, 42 de reptiles (4 tortugas marinas), 15 de anfibios; 308 de esponjas marinas, 108 de corales y anémonas, 96 de anélidos, 417 de crustáceos, 1176 de moluscos y 374 de peces. Entre las especies que se pueden encontrar en cada uno de las comunidades vegetales están el trupillo, brasil, dividivi, guamacho, candelabro, tuna, carreto, carito u orejero y majaguia del bosque seco. En el bosque húmero hay palma de vino, iraca, caracolí, guáimaro, bonga y el higuerón. Entre los mamíferos registrados en el área terrestre están el zorro mochilero, el mono aullador, el mono cariblanco, el mico de noche, ardillas, tigrillos, zainos, venados y 40 especies de murciélagos. Entre las aves se encuentra el cóndor (como visitante ocasional), el águila solitaria, el águila blanca, el paujil, la pava, la guacharaca y el atrapamoscas real, entre otras.
0 comentarios:
Publicar un comentario