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miércoles, 23 de septiembre de 2015

Benzema doma a los leones

(Fuente, DIARIO MARCA España)

El Real Madrid supo sufrir para ganar en San Mamés. Los blancos aprovecharon la derrota del Barça y se colocan en cabeza gracias a los goles de Benzema.



El Madrid de Benítez superó, no sin taquicardias, su primera prueba del algodón. Ganó en San Mamés gracias a dos de los futbolistas que más se alejan del perfil industrioso que ha distinguido la carrera de su entrenador. Modric dirigió y Benzema ejecutó ante un Athletic que nunca entregó la cuchara. San Mamés vio un partido de los de verdad, de los de antes. No faltó ni la lluvia típica del Botxo para revestir al partido de cierto tono épico.

Sorprendió Benítez de salida con la inclusión de Kovacic en el once. Se esperaba a Casemiro para plantar batalla en el aire a los tanques locales, Aduriz y Raúl García. Pero Benítez se presentó con otro guión. Planteó un equipo de mucho toque y capacidad para jugar por dentro, que encontró líneas de pase con una fluidez extraordinaria. Kroos elevó sus prestaciones y Kovacic fue de menos a más, pero el que llevó la batuta, un día más, fue Luka Modric. Clarividente, activó a Isco y sobre todo a Benzema, que dio un clínic de movimientos ofensivos. El francés tuvo hasta colmillo para hacer sangre de un grave error de Mikel San José en el 0-1. Estuvo a sus anchas: remató más que Cristiano.

El Madrid pudo cerrar el partido en el primer tiempo. Gorka le sacó dos balones de gol a Kovacic, que además de toque presumió de llegada. Se sintió tan seguro el Madrid, agrupado en torno a sus jugones, que equivocó el paso en el segundo tiempo. Pensó que con tocar le bastaría, pero se olvidó de asomarse al balcón del área rival. Al Athletic tampoco le valía la idea, claro. Los de Ernesto Valverde intensificaron la presión en el centro del campo, sobre Modric y los centrales, y poco a poco cortocircuitaron el juego de los blancos. Empezaron a llegar las ocasiones, casi siempre por arriba, pero con la defensa bien plantada el Madrid se defendió con solvencia. Y si no, ahí estaba Keylor.

Pero un error del Madrid en la salida del balón dejó a la defensa mal parada y un pasillo abierto para Susaeta, cuyo centro fue rematado en el segundo palo por Sabin. El empate hacía justicia, pero el partido estaba escrito para el Madrid. Un ataque largo descolocó a Balenziaga y esta vez el pasillo fue para Isco, que la puso en boca de gol para el segundo de Benzema. El fútbol, juego de errores, castigaba con dureza al Athletic, condenado de nuevo a remar contra corriente.

Pero el Madrid no repitió las concesiones previas al empate. Manejó el balón con soltura y por ahí apareció Casemiro para taponar vías de agua. Hubo, claro, centros laterales del Athletic y un gran cabezazo de Aduriz, espléndidamente palmeado por Keylor. El meta se quedó sin récord, pero pasó otra prueba de nivel. Como el Madrid, que, de paso, gracias a la debacle del Barça en Vigo, araña el liderato de la Liga. A estas alturas de poco sirve, pero a un proyecto nuevo siempre le viene bien tener viento de cola.

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