(Fuente, EL PAIS Cali)
Hroy Chávez / El País
La ciudad tiene siete afluentes,
pero sus acueductos se surten de los ríos Cali, Meléndez, Cauca y
Pance. Los caudales se han reducido dramáticamente: el río Meléndez, por
ejemplo, que provee el agua para más de 300.000 personas, registra un
caudal de 400 litros por segundo, cuando históricamente suele tener 1200
litros por segundo. Niveles críticos como este repercuten directamente
en la captación de agua que en el caso del Meléndez se hace en la
planta de La Reforma.
Las quejas por cortes se han
presentado en barrios como El Limonar, El Refugio, La Flora, San Luis,
Santander, Siete de Agosto y Salomia.
“Dos tardes de la semana
pasada se nos fue el agua sin previo aviso. Y nos está pasando que
después e las 2:00 p.m. baja la presión”, dijo Claudia Villamil,
habitante de Los Álamos.
Pero las interrupciones en
el servicio de acueducto no solo se deben al intenso verano que
impacta el caudal de los ríos. Hay una razón de infraestructura: los
tubos que conducen el líquido se están fracturando en el subsuelo debido
a que han perdido la humedad natural de la tierra bajo ellos. Emcali,
que solía atender ocho daños diarios, ahora debe enfrentarse a 30
averías por jornada.
“Hay más razones para cortes
momentáneos. A veces se produce un daño en la red matriz y debemos
cerrar algunas válvulas para aislar el sector en el que está la avería.
Repararla exige aislar una o dos cuadras. Los habitantes se quedan
entonces sin servicio de acueducto durante cuatro o cinco horas”,
indicó el jefe del Departamento de Distribución de Emcali, Diego
Bolaños.
A esto se suma una situación crónica, según dice Hugo
Salazar, miembro de la Asociación
Colombiana de Ingeniería Sanitaria y
Ambiental, quien explica que de los 3000 kilómetros que tiene la red de
acueducto de Cali, el 30% (900 kilómetros) están fabricados de asbesto
cemento, un material que ya cumplió su vida útil.
“Aquí se dejó de
hacer reposición de la red y en la tarifa nos la cobran. Es importante
ahorrar para que el servicio no se siga deteriorando y se puedan pagar
no solo las redes, sino también los sistemas de bombeo, los tanques y la
infraestructura en concreto.
Hay que actualizar el sistema de
acueducto”. Salazar insistió en que si la situación crítica de captación
de agua se mantiene, se podía presentar un evento como el ocurrido en
1992, “cuando vivimos el verano más intenso del siglo pasado y hubo
racionamiento entre junio y octubre.
En esa época el río Cauca
marcó 92 metros cúbicos por segundo y hoy estamos en 110 metros cúbicos
por segundo, lo que quiere decir que nos estamos acercando a esos
límites que complican los niveles de captación de agua que requerimos
los caleños normalmente”.
Y aunque el alcalde Rodrigo Guerrero
descartó un racionamiento general en la ciudad, lo cierto es que desde
hace un mes las comunas 18 y 20 reciben el agua cada dos días, dado el
bajo caudal del río Meléndez que abastece a los 300.000 habitantes de la
ladera.
“Racionamos agua en formas que nunca habíamos tenido
que hacerlo: nos toca bañarnos de a dos y tres personas al mismo
tiempo. A veces llegan los carrotanques y otros días no”, afirmó Darío
Vallecilla, residente del barrio Brisas de Mayo.
Asimismo Paulo
Moncada, habitante del barrio Los Chorros, dijo que “la gente está
negociando con el agua de los carrotanques y lavando carros sin ningún
control. Ojalá sí cobren las multas”.
Descartan sanciones por desperdicio
A
pesar que Emcali anunció la semana pasada que se impondrían sanciones
para las personas que no hagan uso racional del agua y la malgasten en
tiempos de estiaje, el alcalde Rodrigo Guerrero aseguró que dichas
multas no se aplicarán en la ciudad.
“Prefiero no hacer decretos,
porque regular por la Ley es el sistema menos efectivo de todos.
Prohibir para que todo el mundo quede feliz, no es la solución. El
problema no es ese, hay que estudiar qué está por detrás”, expresó el
Mandatario, quien hizo un llamado al ahorro del líquido.
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