Aquí algunas recomendaciones para que le entiendan lo que quiere decir.
Las nuevas
percepciones del mundo virtual generan muchas dudas respecto al lugar
que ocupamos. Esas impresiones se notan más en los mensajes de texto, en
Facebook (ese “carelibro” donde la fama se disuelve porque se
masifica), en las llamadas por teléfonos móviles (donde nos sentencian a
ser marcados o timbrados), en correos electrónicos (tan impersonales
como los trenes urbanos) y en los modernos trinos (muy fugaces, vuelan
sin alas y hasta acallan a los pájaros).
Esa descomunal e irrefrenable avalancha de
mensajes parece un alimento servido, no en un plato, sino en un estadio:
sobresatura y no alimenta.
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Quizás por eso mucha gente no sabe ahora “a
dónde” va o “dónde” va. Muchos ingenuos, luego de las vacaciones, se
preguntan si visitaron el sitio “adonde” les recomendaron o “a donde”
les aconsejaron. Existe la posibilidad de que mencionen el recinto “en
donde” estaban o “donde” estaban.
Examinemos los siguientes ejemplos para
despejar algunas dudas frecuentes acerca de cómo escribir esas
expresiones, unidas, separadas, con tilde o sin tilde, y de cuáles son
los casos puntuales donde cada una se aplica:
1. El primer “donde” es un
adverbio de lugar. Equivale a decir “en el lugar que” o “en el sitio
que”. Ejemplo: El libro está donde lo dejé (el libro está en el lugar
que lo dejé). El “donde” solito indica quietud, estatismo.
2. Ese mismo “donde” se
modifica al anteponer las preposiciones a o de, para indicar destino o
procedencia. Voy a donde me dijiste (es decir, se dirige hacia allá)…
Vengo de donde me recomendaste (viene de allá).
3. Normalmente, se emplea “a
donde” si no existe un antecedente. Atentos: Un amigo recomienda visitar
a París; al regresar de esa ciudad, se dirá: “Fui a donde me
aconsejaste” (es decir a París, porque en la oración no se mencionó
“París”) o podrá decir: “Fui a París, adonde me aconsejaste” (se escribe
unido, “adonde”, porque se mencionó el lugar: París).
4. En otro caso, un amigo
recomienda visitar el Castillo (o Fuerte) de San Felipe de Barajas, en
Cartagena, entonces se escribirá: “Fui a Cartagena, a donde me dijiste”
(es decir, al Castillo de San Felipe). Si escribe “fui a Cartagena,
adonde me dijiste”, se referirá puntualmente a la Ciudad Heroica.
5. “¿Y la tilde?”, preguntará
algún concentrado lector que se desplaza a diario por Bogotá. Ésta se
usa cuando la expresión tiene el significado de “en qué lugar”, “a qué
lugar” o “de qué lugar”, si corresponde a quietud, procedencia o
destino.
6. “¿Dónde vienes? / Pues, en
un autobús de Transmilenio”. “¿De dónde vienes? / De la casa”. “¿Por
dónde vienes? / Por la Autopista Norte”. “¿A dónde vas? / A la
Universidad o al trabajo”.
7. El periodista español Álex
Grijelmo considera redundante la expresión “en donde”, porque la
preposición “en” indica lugar y “donde” también”. Por tanto: “No sé
dónde (en qué lugar) dejé las llaves”, en lugar de “no sé en dónde dejé
las llaves” (redundante).
Por fortuna, en las comunicaciones frecuentes hay quien responde con absoluta precisión:
-¿Dónde fuiste a vacaciones? / En un avión.
-¿Dónde fuiste a vacaciones? / En un avión.
Con vuestro permiso.
JAIRO VALDERRAMA V.
Profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Sabana
Profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Sabana
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